3 formas de evitar que los zapatos den golpes en la secadora

Cómo evitar que los zapatos den golpes en la secadora

3 métodos:Colgar los zapatos de las agujetasUsar ventosas, una bolsa para zapatos o una rejilla de secadoExplorar soluciones alternativas de secado

Nadie quiere escuchar el ruido de los zapatos golpeando contra el tambor de la secadora. Todos los choques y ruidos te hacen pensar si la secadora está destruyendo tus zapatos o si tus zapatos están destruyendo a la secadora. Sin embargo, si ambas cosas están a salvo, hay varias maneras de secarlos y evitar todo el alboroto.

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Colgar los zapatos de las agujetas

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    Prepara los zapatos para la secadora. A fin de evitar ese molesto ruido de golpes y choques de los zapatos secándose en la secadora, cuélgalos de la puerta de esta con las agujetas. Desata las agujetas de cada zapato, ponlos uno al lado del otro y sostén las cuatro puntas de las agujetas en tu mano. Ata los cuatro extremos juntos por las puntas con un doble nudo.[1]
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    Cuelga los zapatos de la puerta de la secadora. Abre la puerta de la secadora y toma los zapatos por el nudo doble. levántalos hasta que estén en el centro de la puerta de la secadora, del lado de adentro, con las puntas apuntando hacia arriba. Jala las agujetas por encima de la puerta y déjalas del lado de afuera de esta, luego cierra la puerta con cuidado.
    • Si tus zapatos no quedan colgando, añade una pequeña cantidad de peso al extremo de las agujetas.[2]
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    Seca los zapatos. Programa la temperatura de la secadora en baja, para ropa delicada o fría y presiona el encendido, considera que secar los zapatos a temperatura media, en planchado permanente, o a temperatura alta, los arruinará. Revísalos durante el ciclo de secado para asegurarte de que las suelas no se estén deformando. Una vez que los zapatos estén secos, retíralos de la máquina y desata el nudo que hiciste en el extremo de las agujetas.[3]
    • Ajusta el largo de las agujetas a fin de limitar el movimiento de los zapatos. Dependiendo de lo cerca que estén los zapatos de la puerta, podrías seguir escuchando golpes. De ser así, para la secadora, espera a que deje de girar y luego ajusta un poco más las agujetas o jálalas más desde el exterior de la puerta. Asegúralas, cierra la puerta y reinicia el ciclo de secado.

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Usar ventosas, una bolsa para zapatos o una rejilla de secado

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    Asegura los zapatos a la pared del tambor. Puedes comprar productos que están diseñados para evitar que los zapatos y otros objetos se muevan dentro de la secadora. Estos consisten en dos ventosas resistentes al calor conectadas por una banda ajustable. Coloca las puntas de los zapatos a lo largo de uno de los bordes levantados del tambor. Fija una de las ventosas junto al centro del zapato que esté más cerca tuyo. Jala la banda y ajústala encima de ambos zapatos y luego asegura la segunda ventosa junto al zapato que esté más alejado de ti. Programa tu secadora a temperatura baja, para ropa delicada o fría e inicia el ciclo de secado. Cuando este termine o tus zapatos estén secos, quita las ventosas y saca los zapatos.[4]
    • Te podrías sentir tentado a usar cinta de embalar o un gancho temporal. Esto podría funcionar, pero ten en cuenta que el adhesivo podría dejar de funcionar con el calor, aunque sea a temperatura baja y que la cinta de embalar podría marcar tu secadora permanentemente.
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    Seca los zapatos adentro de una bolsa para zapatos fijada a la puerta de la secadora. Los expertos en lavandería han desarrollado una manera de evitar que los zapatos giren en el interior de la secadora y golpeen el tambor, que consiste en un solo trozo de tela que se fija a la puerta, creando una bolsa entre esta y la puerta, para que introduzcas en ella los zapatos. Puedes comprar este producto en línea y en las tiendas.
    • Fija el producto a la puerta de la secadora. Estas bolsas están equipadas con bandas y ventosas.
    • Introduce los zapatos mojados entre la tela y la puerta.
    • Cierra la puerta y programa la secadora a temperatura baja, para ropa delicada o fría.
    • Saca los zapatos de la bolsa cuando termine el ciclo o estén secos.
    • Asegúrate de instalar la bolsa sobre la puerta de manera tal que puedas acomodar ambos zapatos uno al lado del otro y que no queden encimados, a fin de permitir la mejor circulación del aire posible.[5]
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    Equipa tu secadora con una rejilla de secado. Hay muchas cosas, como los zapatos, que no deberían golpearse durante el proceso de secado. Acomoda estos artículos complicados o ruidosos sobre una rejilla de secado especialmente diseñada para que forme una superficie plana dentro del barril de la secadora. Si bien hay algunas rejillas de secado genéricas, la mayoría de estos productos están específicamente diseñados para una cierta marca y modelo, averigua en la tienda en la que hayas comprado la secadora. Sigue las instrucciones de instalación de tu rejilla de secado específica. Una vez que la hayas instalado, coloca los zapatos sobre esta, programa la secadora a la temperatura adecuada y enciéndela. Saca los zapatos de la rejilla cuando termine el ciclo o cuando estén secos.[6]

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Explorar soluciones alternativas de secado

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    Absorbe el agua con papel periódico. Retira las plantillas de los zapatos. Rellena cada zapato con dos páginas completas de papel periódico arrugado. Espera a que este absorba la humedad por una hora. Saca las hojas mojadas e inserta dos páginas completas nuevas en cada zapato. Dales tiempo de que absorban la humedad por entre dos y cuatro horas. Retira y reemplaza el papel por última vez. Déjalo adentro de los zapatos durante toda la noche. Saca el papel en la mañana y vuelve a colocar las plantillas en los zapatos secos.[7]
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    Seca los zapatos frente a un ventilador. Los ventiladores son un método de secado efectivo y de baja temperatura para los zapatos. Conecta un ventilador de alta velocidad y coloca una toalla o periódico directamente frente a este. Si las plantillas de los zapatos son removibles, sácalas. Acomoda los zapatos mojados sobre la toalla o periódico. Enciende el ventilador y espera a que los zapatos se sequen.[8]
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    Seca los zapatos al aire libre. Si quieres secar los zapatos al aire libre, recuerda que el sol directo los encogerá. En su lugar, acomoda los zapatos debajo de algo, como una mesa, silla o escalera para protegerlos. Inserta una toalla de algodón chica adentro de cada zapato para que conserve su forma.[9]

Consejos

  • Quita todos los adornos o piezas extras de tus zapatos antes de lavarlos y secarlos.
  • En la mayoría de los casos, es mejor secar los zapatos a temperatura fría o baja. Considera que el calor puede derretir algunos de los materiales de los zapatos.
  • Deja que la secadora haga apenas lo suficiente como para acelerar el resto del secado al aire libre.
  • Si los zapatos están muy manchados debido al lodo o al pasto, trata las manchas previamente con un quitamanchas casero.
  • Antes de lavar y secar los zapatos, asegúrate de que estén fabricados con un material que pueda soportar los rigores de una lavadora y de una secadora comerciales. En algunos casos, los zapatos podrían haber sido fabricados con materiales delicados y tal vez se deshagan durante el proceso.

Advertencias

  • Algunos zapatos están fabricados con materiales inflamables. Asegúrate de que no contengan cera o betún antes de ponerlos en la secadora.
  • Evita secar los zapatos frente al calor directo, como un fuego abierto o una fuente de aire caliente. Esto podría agrietar los zapatos de cuero o de otros materiales que se utilizan para fabricarlos.