3 formas de limpiar el cabezal del rociador de un grifo de cocina

Los cabezales de algunos rociadores pueden desarmarse del resto del grifo o del fregadero, mientras que otros están incorporados y es imposible retirarlos. Es posible limpiar ambos tipos de cabezales aunque el método que usarás será diferente.

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   Retira el rociador con su manguera para que esté cerca de ti y sea más fácil manipularlo.
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   Observa la parte frontal del cabezal del rociador donde se sitúa el aireador para verificar si el cabezal consta de una sola pieza o de dos, con una pieza muy cerca de la parte del rociador.

   • Si el cabezal del rociador consta de dos piezas, es muy probable que puedas desarmarlo.
   • Si solo tiene una pieza, tendrás que limpiarlo tal como esté.

Los cabezales de los rociadores de dos piezas son más fáciles de limpiar que los de una sola pieza porque luego de desarmarlos puedes acceder a todos los lados del aireador.

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   Sujeta las dos partes del cabezal del rociador. Sostén la parte trasera del rociador con tu mano no dominante y la parte frontal, cerca del aireador, con tu otra mano.
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   Gira la parte frontal del aireador hacia la izquierda hasta que puedas retirarla.
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   Retira ambas piezas y colócate guantes protectores de goma.
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   Sostén el aireador con tu mano no dominante.
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   Sumerge un cepillo de fregar o un cepillo de dientes viejo en una solución limpiadora de depósitos minerales como CLR (limpiador usado para eliminar las calcificaciones, depositos de cal y óxido.
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   Restriega ambos lados del aireador con el limpiador de depósitos minerales hasta que esté completamente limpio. Los depósitos minerales tienen un color blanquecino, así que el aireador estará limpio cuando no tenga ningún residuo de corteza blanca y dura.
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   Enjuaga el aireador con agua.
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   Enróscalo nuevamente en el cabezal del rociador.

Puedes limpiar el cabezal de un grifo que no funcione adecuadamente aun si no puedes desarmarlo.

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   Llena una olla grande con limpiador de depósitos minerales.
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   Diluye el limpiador con agua caliente según las instrucciones del fabricante.
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   Retira el rociador del sujetador y colócalo en frente de ti para que puedas acceder fácilmente al cabezal.
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   Sumerge el cabezal del rociador en la solución limpiadora.
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   Déjalo en remojo durante 10 a 15 minutos para que la solución disuelva los depósitos que se encuentren dentro y fuera del cabezal del rociador.
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   Enjuaga el rociador con agua limpia.