Cómo lavar la ropa blanca: 13 pasos (con fotos)

Cómo lavar la ropa blanca

3 partes:Clasificar y separar la ropa blancaLavar la ropa blancaSecar la ropa blanca

La ropa blanca con frecuencia es más propensa a mancharse, decolorarse y amarillarse que la ropa de colores claros y oscuros; por lo que puede ser relativamente complicado mantenerla blanca. Con el cuidado y la atención adecuados, puedes mantener la ropa blanca y brillante sin disminuir su aspecto y calidad en general.

Parte 1
Clasificar y separar la ropa blanca

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    Separa las prendas blancas de las prendas de colores claros y oscuros. La ropa blanca siempre debe lavarse separada de las prendas de color para evitar que los colores se traspasen y la manchen.
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    Separa la ropa blanca con colores de la ropa totalmente blanca. Esto ayuda a evitar que los colores se corran sobre la ropa totalmente blanca, sin importar lo pequeña que sea la superficie de color. Por ejemplo, separa una camisa blanca con rayas de color rojo intenso de las camisetas totalmente blancas.
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    Clasifica la ropa blanca en pilas diferentes según el nivel de suciedad. Esto evita que la mugre, la comida y otros restos en la ropa blanca sucia manchen otras prendas blancas. Por ejemplo, si una camisa blanca se embarra con lodo después de pasar una tarde de jardinería, separa esa camina específica de las prendas blancas más limpias que lucen más brillantes.
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    Clasifica las prendas blancas de acuerdo a las instrucciones para su cuidado. Las etiquetas de la ropa proporcionan instrucciones de lavado respecto a la temperatura del agua, el ciclo de lavado y si puedes o no usar lejía. Por ejemplo, coloca toda la ropa del ciclo de lavado suave en una pila y la ropa regular que no necesita planchado en otra.[1]
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    Separa las prendas blancas que producen pelusa de las que la acumulan. Esto evita que la pelusa se acumule y se pegue a las telas de las que la pelusa es difícil de quitar. Por ejemplo, lava las toallas blancas separadas de los pantalones blancos hechos de pana para evitar que la pelusa se pegue en este tipo de tela.

Parte 2
Lavar la ropa blanca

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    Lava la ropa blanca en agua caliente siempre que sea posible. El agua caliente es más eficaz para eliminar los gérmenes y las bacterias, y ayuda a que la ropa blanca luzca blanca.
    • Adapta las configuraciones de la temperatura del agua según sea necesario con base en las etiquetas para el cuidado de la ropa para evitar que las prendas se encojan o se deformen. Por ejemplo, las prendas hechas de nailon, elastano, licra y ciertas mezclas de algodón pueden encogerse en el agua caliente.[2]
    • Usa agua fría cuando laves prendas blancas manchadas. Las manchas de cosas como el vino, el chocolate y el té salen mejor en agua fría, lo cual también ayuda a evitar que las manchas se corran sobre otras prendas blancas.
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    Añade la cantidad correcta de detergente a tu carga según las instrucciones del envase. La cantidad de detergente que debes usar depende del tamaño de la carga y del nivel de potencia de tu marca de detergente.
    • Evita añadir más detergente que el recomendado en el envase. El exceso de detergente puede llevar a una acumulación lechosa que atrae más suciedad y es más visible en la ropa blanca.
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    Usa el tipo correcto de lejía o alternativas naturales para blanquear. La lejía ayuda a blanquear la ropa, pero puede ser tóxica e irritante para la piel sensible. Considera usar cloro para ayudar a sacar manchas intensas, o mezcla una parte de lejía y una parte de bicarbonato de sodio para neutralizar la toxicidad de la lejía pura.
    • Usa la lejía tal como se indica en la etiqueta del envase para evitar usar demasiada, lo cual puede manchar de gris o amarillo tu ropa.
    • Evita usar lejía en la ropa delicada, ya que las marcas de lejía a base de cloro o de oxígeno pueden debilitar las telas y provocar que se rasguen o deshilachen.
    • Reemplaza le lejía con ingredientes domésticos que tengan propiedades blanqueadoras naturales, como el jugo de limón, el vinagre blanco, el bicarbonato de sodio y el peróxido de hidrógeno. Estos ingredientes hacen que los blancos sean más blancos sin los riesgos añadidos de la toxicidad e irritación de la piel.
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    Considera usar un colorante azul para neutralizar las manchas amarillas en la tela blanca. Las fórmulas de los colorantes azules hacen que los blancos sean más blancos al soltar una cantidad pequeña de tinte azul al agua y eliminarla durante el ciclo de enjuague.

Parte 3
Secar la ropa blanca

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    Traslada la ropa blanca de la lavadora a la secadora inmediatamente después de que la lavadora se detenga. Esto ayuda a evitar que aparezcan hongos o moho como consecuencia de que la ropa permanezca en la lavadora por mucho tiempo.
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    Antes de colocar la ropa en la secadora, examínala completamente para buscar manchas restantes. Esto evita que el calor de la secadora fije las manchas si estas no se eliminaron por completo.
    • Si es necesario, vuelve a lavar la ropa manchada en la lavadora antes de trasladarla a la secadora.
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    Seca debidamente la ropa blanca según las instrucciones de cuidado. Algunas prendas pueden darte indicaciones como “poner en una superficie plana para secar” o recomendar una configuración de la secadora en particular. Por ejemplo, las telas como el nailon y el acrílico pueden requerir una configuración de temperatura más baja porque estas fibras tienden a absorber menos agua.
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    Siempre que sea posible, cuelga toda la ropa blanca para que se seque afuera en el sol. Los rayos ultravioletas del sol tienen un efecto blanqueador natural en las prendas que ayuda a mantener blanca la ropa blanca. Dejar la ropa colgada para que se seque a menudo es más económico que usar la secadora.[3]

Cosas que necesitarás

  • detergente
  • lejía
  • jugo de limón
  • bicarbonato de sodio
  • vinagre blanco
  • peróxido de hidrógeno
  • tendedero