Cómo ahorrar dinero en comida: 25 pasos (con fotos)

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   Recorta cupones para cosas que necesitas. Compra en tiendas que doblen o tripliquen el valor de los cupones. Toma el tiempo para encontrar los mejores cupones, lo que ofrecen algún producto gratis.
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   Usa los cupones de acuerdo a la publicidad de la tienda. Compra en tiendas donde se acepten cupones en los artículos que ya estén en oferta.
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   Únete a una organización de intercambio de cupones. Intercambia cupones con gente de la misma zona geográfica. Intercambia cupones de artículos que uses con frecuencia.
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   Haz una lista de comestibles y cúmplela. No te dejes distraer por la publicidad. Tu lista debe ser lo suficientemente genérica para permitir cierta flexibilidad con sustitutos parecidos. Por ejemplo, escribir "20 libras de verduras" es mejor que enumerar nombres y cantidades de verduras específicas, porque es posible que no sepas qué verduras estarán a la venta en un momento.
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   No compres nada solo porque es barato. Compra solo lo que en realidad necesites.
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   Cíñete al presupuesto. Lleva un registro de lo que gastas mensualmente en comida, y sigue buscando formas de ahorrar aún más. Te forzarás a ser más creativo con las recetas y a prestarle más atención a tus necesidades alimenticias.
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   Compara precios. Muchas tiendas de comestibles publican el "precio por onza o kilogramo" además del costo total del producto. De lo contrario, una calculadora de bolsillo puede ser de mucha ayuda.
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   Compra al por mayor. Por lo general, el precio es menor al comprar grandes cantidades. Compra bienes no perecibles que vayas a necesitar en el futuro, como Kleenex, comida enlatada y frijoles en grano.
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   Compra alimentos horneados temprano por la mañana. Es entonces cuando las panaderías y los supermercados rebajan los artículos del día anterior.
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    Compra carne más tarde. Es entonces cuando los departamentos de carne rebajan los artículos a punto de superar la fecha de caducidad. Esta carne es muy segura y puede refrigerarse para usarla después.
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    Considera comprar de marcas privadas o de tiendas pequeñas. En muchos casos, estos productos tienen la misma calidad que las marcas más conocidas, pero a un precio mucho menor.
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    Evita la comida procesada. Es posible que sea conveniente, pero usualmente es más cara y menos nutritiva. Compra en la periferia de la tienda donde se encuentran los productos frescos. Evita los pasillos centrales donde se encuentran los alimentos procesados y envasados. Comprar alimentos baratos pero saludables que son fáciles de hacer, como harina de avena y legumbres.
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    Opta por proteínas vegetales. Incluye vegetales, frutas, granos, legumbres y nueces. Los productos animales pueden ser muy caros y no son tan nutritivos, lo cual podría aumentar los costos médicas a la larga. En Estados Unidos, el lunes sin carne es una campaña de salud pública realizada en asociación con Johns Hopkins School of Public Health. Esta anima a la gente a dejar de comer carne una vez a la semana para reducir el consumo de grasas saturadas. ¡Revisa sitios web con recetas sin carne!
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    Visita tiendas de comestibles que ofrezcan grandes descuentos. Estas tiendan compran el exceso de producto y los artículos de prueba en el mercado. Sé flexible, pues las existencias son impredecibles y los artículos cambian a diario. Puedes ahorrar hasta 40% en productos de marca si adaptas tu menú. En la costa oeste de los Estados Unidos, la tienda que ofrece los mejores descuentos es Grocery Outlet (www.groceryoutlets.com).
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    Considera la posibilidad de unirte a un club de ventas al por mayor. Por lo general, estos venden al por mayor a precios más bajos que la competencia. Si vives en los Estados Unidos, considera postular a BJ's, Costco o Sam's Club. Asegúrate de tener en cuenta el costo de la membresía y el transporte. Pueden superar cualquier ahorro que puedan proporcionar. Si compras sobre todo productos frescos y no mucho alimento empaquetado, los clubs al por mayor probablemente no sean para ti.
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    Si necesitas trabajo, busca uno en la industria de restaurantes. Podrás llevar comida a casa gratuitamente o a precio reducido. Las empresas familiares suelen ofrecer este beneficio.
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    Planifica el menú de la semana antes de salir de compras. Entonces puedes hacer una lista de compras cuidadosa y comprar solo lo que necesitas. Sin embargo, mantén cierta flexibilidad. Si algo que no está en tu lista de compras está en oferta con un buen descuento, debes estar dispuesto a alterar tu menú para aprovecharla.

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   Aprende a cocinar. Ve a la biblioteca y toma prestados libros y revistas de cocina que contengan recetas simples. Es fácil hacer un buen plato con pasta, arroz y frijoles. La práctica hace al maestro.
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   Agárrale el gusto a cocinar desde cero. Saldrás a comer menos. Puedes crear tus propias comidas saludables de bajo costo.
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   Aprende a usar los restos de ayer para la comida del día. Crea un nuevo plato.
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   Aprende a cocinar platos sabrosos de bajo costo. Come sándwiches de mantequilla de maní y mermelada en vez de carne asada, o macarrones con queso en vez de un filete.
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   Organiza el refrigerador. No dejes que la comida se malogre. Cómela o úsala como ingrediente para una salsa, una cacerola o una sopa. Por ejemplo, la salsa vieja puede añadirse al curry, mientras que la leche vieja puede convertirse en quiche. Es evidente que no debes usar nada que esté agrio o rancio.
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   Planifica las comidas según lo que tengas a la mano. Deja volar tu imaginación.
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   Planifica las comidas basándote en lo que está de oferta. Cambia las recetas de acuerdo a ello.
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   Está pendiente de las ofertas que puedan surgir.

Evita salir a comer con demasiada frecuencia.