4 formas de disminuir la cantidad de polvo en tu casa

Cómo disminuir la cantidad de polvo en tu casa

4 métodos:Sella las grietasLimpia el polvoDeshazte del desordenFiltra el aire

El polvo es una acumulación de pequeñas partículas de fibra de tela, cabello, caspa de las mascotas, células capilares, tierra y otros elementos. Dejar que se acumule en grandes cantidades puede provocar alergias y otros problemas de salud, por lo que es buena idea mantenerlo bajo control. No hay manera de eliminar el polvo de tu vida por completo, pero existen métodos de limpieza, soluciones para el desorden y técnicas de filtración que pueden reducir drásticamente la cantidad de polvo que tú y tu familia respiran a diario. Revisa el paso 1 para aprender cómo eliminar las pelusas de casa.

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Sella las grietas

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    Mucho del polvo que entra a casa lo hace de afuera. Usa sellador en las grietas alrededor de la puerta y los marcos de las ventanas. Además, así reducirás las cuentas de calefacción y de aire acondicionado.
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    Revisa si las chimeneas tienen aberturas y acumulaciones de ceniza y hollín. Quizás sea necesario contratar un servicio de limpieza para chimeneas.
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    Revisa la ropa para ver si bota pelusas.
    • La pelusa dentro de la secadora representa un riesgo de incendio e indica que hay un problema con el sistema de ventilación
    • Revisa el sistema de conductos y los conductos exteriores en busca de agujeros y bloqueos. Repáralos según sea necesario.

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Limpia el polvo

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    Aspira dos veces a la semana. Usar una aspiradora con un HEPA (filtro de aire de alta eficiencia) garantiza aspirar tanto polvo como sea posible. Aspira todas las alfombras de la casa, centrándote especialmente en las áreas de alto tránsito. También puedes aspirar otros pisos. Aspirar con frecuencia reduce mucho la cantidad de polvo que se acumula bajo los muebles y en las esquinas. Es probable que notes la diferencia de inmediato. [1]
    • Asegúrate de cambiar el filtro de la aspiradora con frecuencia.
    • Asegúrate de que la aspiradora esté en buen estado. Una aspiradora dañada regresará el polvo al aire, empeorando el problema.
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    Barre el piso cada pocos días. Usar una escoba y un recogedor para deshacerte del polvo en los suelos que no aspiras es otra manera excelente de reducir el polvo en casa. Barre con frecuencia las áreas que tienden a acumular mucho polvo, como las entradas, los pasillos y el piso de la cocina. Desecha el polvo en el bote de la basura para asegurarte que no reingrese a casa.
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    Trapea los pisos a menudo. Pasar un trapeador mojado por los pisos es una manera excelente de recolectar el polvo que dejaste al barrer. Si trapeas frecuentemente, tendrás el polvo bajo control. Dejarlo demasiado tiempo hará mucho más difícil limpiar todo el polvo y la tierra y quizás tengas que fregar.
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    Quita el polvo con paños de microfibra. No todos los paños para desempolvar están hechos de la misma manera. Esta tela está diseñada para atrapar el polvo y encerrarlo. Las camisetas y toallas viejas esparcen el polvo en lugar de atraparlo. Lo mismo pasa con los plumeros: los muebles se verán más limpios, pero las partículas de polvo solo se habrán elevado al aire.
    • Usa paños de microfibra para quitar el polvo de todas las superficies en las que tiende a acumularse, como la parte superior del marco de la chimenea, el escritorio, las mesitas, etc. La ropa mojada atrae el polvo, así que prueba a mojar el paño antes de pasarlo por los muebles que no sean de madera.
    • Lava los paños de microfibra inmediatamente después de quitar el polvo para deshacerte de todo lo atrapado. No uses láminas para secadora luego de ponerlas en esta, pues el suavizante de tela reduce la capacidad del paño para atrapar el polvo.
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    Lava la ropa de cama a menudo. Las sábanas, las mantas, los edredones y las fundas de almohada son zonas donde el polvo tiende a acumularse, lo que causa que las personas se despierten con la nariz tupida a causa del polvo que respiraron toda la noche. Cada vez que entres o salgas de la cama, envías nubes de polvo al aire sin saberlo. La solución es lavar la ropa de cama a menudo, en especial si tú o tu familia tienen piel seca o si las mascotas duermen contigo en la cama.
    • Lava las sábanas y las fundas de almohada alrededor de una vez a la semana si tienes una casa con mucho polvo.
    • Lava el resto de ropa de cama y las sábanas una vez cada tres o cuatro semanas.
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    Sacude los cojines y los tapetes una vez al mes. Al igual que la ropa de cama, los cojines de los muebles y los tapetes tienden a atrapar mucho polvo con el tiempo. Cada vez que te sientas en el sofá o caminas sobre el tapete, liberas polvo al aire. Cada 3 meses, lleva los cojines y los tapetes afuera para darles algunos golpes y eliminar tanto polvo como puedas.
    • El mango de una escoba vieja es una herramienta excelente para sacudir tapetes y cojines.
    • Golpea toda la superficie, no un solo lugar.
    • Sigue golpeando los tapetes y los cojines hasta que no se liberen partículas de polvo con los golpes.
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    Limpia las paredes de arriba abajo. Cada pocos meses, cuando toque una limpieza a fondo de la casa, pasa trapos de microfibra sobre las paredes, las molduras y los zócalos. Limpia la parte superior de las paredes primero, trabajando hacia la parte inferior. De esa manera, podrás recolectar todo el polvo que cae al momento de limpiar.

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Deshazte del desorden

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    Deshazte de los artículos innecesarios. Si hay muchos artículos decorativos sin uso en todas las habitaciones de la casa, será mucho más difícil reducir el polvo. Recorre la casa y deshazte de los artículos que acumulan polvo y que no necesites. Esto hará que las superficies sean mucho más fáciles de limpiar.
    • Considera mover los artículos que debas conservar a una habitación que la familia no use con frecuencia. De esa manera, es menos probable que las habitaciones principales de la casa acumulen polvo.
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    Quita las pilas de revistas y libros. Como estos artículos se degradan con el tiempo, producen mucho polvo. Tener pilas de estos por la casa es una manera segura de crear un entorno polvoriento. Coloca los libros en libreros y recicla revistas y otros artículos de papel regularmente. Almacena los artículos de papel que quieres mantener en bolsas plásticas para que no llenen la casa de polvo.
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    Usa menos artículos textiles en la casa. [2] Las mantas, las almohadas y los muebles afelpados también contribuyen al polvo del hogar, pues lo producen además de atraparlos. Si puedes reducir al mínimo los artículos de lino y tela, verás una reducción en la cantidad de polvo en el aire de la casa.
    • En lugar de comprar muebles de tela, elige unos de cuero o de madera. Quizás uno de los muebles viejos es esté desintegrando y produzca polvo. Si es así, deshazte de él.
    • Lava las sábanas y las almohadas con frecuencia.
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    Mantén la ropa limpia. Cada vez que abres la puerta del clóset, los pequeños cambios en la presión del aire hacen que las partículas de fibra se desprendan de la ropa y de las telas, acumulándose en el suelo. Si el clóset está desordenado, es menos probable que limpies el piso durante la rutina de limpieza. Cuando el piso del clóset está despejado, limpiar es sencillo y evita que el polvo abandone el clóset y viaje en el aire.
    • Cuelga la ropa de manera ordenada en lugar de mantenerla en pilas o montones.
    • También ten un lugar para los zapatos, en lugar de amontonarlos.
    • Aspira el suelo del clóset regularmente para reducir la cantidad de polvo presente.
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    Mantén la ropa que no usas en cajas o bolsas. La ropa fuera de temporada debe guardarse hasta el próximo año. Cuando la ropa y las telas se mantienen en contenedores cerrados, es menos probable que se desordenen, produciendo menos partículas de polvo.
    • Se recomienda guardar en contenedores y bolsas transparentes para ver los objetos dentro.
    • Cuando el polvo se acumula en los contenedores mismos, puedes limpiarlos fácilmente.
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    Haz que las personas se quiten los zapatos sucios en la puerta. El polvo y la tierra que se llevan a casa contribuyen con el tiempo a que la casa atrape polvo a medida que se seca. En días lluviosos y durante los meses de invierno, quizás sea buena idea pedirles a los demás que se quiten los zapatos en la entrada. De esta manera, mantendrás el polvo producido por estos artículos en un solo lugar, que puedes limpiar con frecuencia.
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    Acicala a las mascotas regularmente. El pelaje y la caspa de perros y gatos contribuyen a la cantidad de polvo en casa. Cepillarlos regularmente ayuda mucho. Acicala a las mascotas en el baño o la lavandería en lugar de en el sofá de la sala o en el dormitorio, pues estas áreas son mucho más difíciles de limpiar. También debes lavar la cama de las mascotas con frecuencia.

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Filtra el aire

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    Limpia o mejora los filtros de aire. Si la casa tiene un sistema central de calefacción o acondicionamiento, puedes cambiar los filtros para controlar el nivel de polvo en el aire. El polvo seguirá acumulándose en casa, pero un filtro de calidad disminuirá la cantidad.
    • Un filtro de aire estándar solo filtra las partículas grandes para prevenir el daño en los sistemas de calefacción o acondicionamiento. Para reducir el polvo, se recomienda usar filtros de pliegues de papel o de tela de alta calidad, que deben descartarse y reemplazarse de cada 1 a 3 meses.
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    Consigue un purificador de aire. Estas máquinas limpian el aire atrapando las partículas de polvo. Son excelentes para casas con mucho polvo y familias alérgicas a este. [3] Los purificadores de aire limpian solo el aire de la habitación donde se encuentran, así que considera comprar uno para cada dormitorio y sala.