3 formas de tener un cuerpo saludable en general

Cómo tener un cuerpo saludable en general

3 métodos:Tener hábitos alimenticios saludablesMantener un cuerpo saludable mediante el ejercicioCambiar tu estilo de vida

En el mundo frenético actual en el que vivimos, es importante mantener la buena salud, Es fácil dejar que el estrés se apodere de tu cuerpo y tener una dieta y un estilo de vida perjudiciales. La dieta, el ejercicio y nuestra conducta pueden tener un efecto considerable en nuestra salud. Si tienes una dieta mala o poco saludable, podrías correr el riesgo de subir de peso o aumentar las probabilidades de sufrir enfermedades crónicas (p.ej. la diabetes o la presión arterial elevada). Si no sueles ser físicamente activo, podrías correr el riesgo de subir de peso, así como perderte los beneficios del ejercicio. Si fumas, no contras tu estrés o no duermes bien, corres el riesgo de tener efectos secundarios perjudiciales en tu salud. Por ello, mantener un cuerpo generalmente sano te permitirá asegurarte de tomar decisiones saludables en diversos aspectos de tu vida.

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Tener hábitos alimenticios saludables

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    Supervisa la cantidad de calorías que consumes. Para tener un cuerpo sano, procura mantener un cuerpo saludable. Si tienes sobrepeso, probablemente no tengas un cuerpo sano en general.
    • Las calorías son una unidad de medida. Obtienes las calorías de los alimentos, y esa energía sirve como combustible para tus funciones corporales y actividades que realizas a lo largo del día.[1]
    • Si consumes demasiadas calorías, podrías correr el riesgo de subir de peso. Por el contrario, si no comes suficiente, podrías bajar de peso.[2]
    • Quizás necesites modificar la cantidad de calorías que comes diariamente para ajustarla a las necesidades de tu cuerpo y para mantener un peso saludable.
    • Utiliza una calculadora en línea o una aplicación de Smartphone para determinar la cantidad de calorías que tu cuerpo necesita. Lleva un registro de las calorías para determinar si tu dieta actual se ajusta a tus necesidades.
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    Ten una dieta equilibrada. Esta es una de las partes más importantes para mantener un cuerpo generalmente saludable. Sin una dieta equilibrada, será muy difícil mantener una salud adecuada.[3]
    • En una dieta equilibrada, debes consumir alimentos que pertenezcan a cada grupo alimenticio la mayor parte del tiempo o incluso a diario.
    • Asimismo, debes consumir una variedad de alimentos dentro de cada grupo alimenticio. Contar con una variedad amplia de alimentos de los grupos alimenticios te permitirá consumir una diversidad de nutrientes.[4]
    • Por último, en una dieta equilibrada, debes comer las proporciones adecuadas de cada alimento.[5] Si comes principalmente alimentos con un alto contenido de proteínas pero muy pocas frutas o verduras, tu dieta no estará equilibrada. Esta sería los tamaños adecuados de las porciones de cada grupo alimenticio: 85 a 100 g (3 o 4 oz) de proteínas (el tamaño de una baraja de cartas)[6], 1 taza de verduras o 2 tazas de verduras de hoja verde[7], ½ taza de fruta picada o 1 pedazo pequeño de fruta[8] y 28 g (1 oz) o ½ taza de granos.[9]
    • Equilibra los alimentos y bocadillos que comes durante el día. Opta por comer de 3 a 4 porciones de proteínas al día, de 5 a 9 porciones de frutas y verduras, y de 3 a 4 porciones de granos (la mitad compuesta por granos integrales).[10]
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    Opta por fuentes de proteínas magras. Las proteínas son un nutriente esencial en tu dieta. Te brindarán las bases para muchas de tus funciones corporales, entre las que se encuentran el mantenimiento de la masa muscular, la reconstrucción celular y el apoyo del sistema inmunitario.[11]
    • Las fuentes de proteína tienen un bajo contenido de grasa y calorías. Esto te permitirá consumir las cantidades adecuadas cada día sin superar tu límite diario de calorías.
    • También se ha relacionado el consumo de cantidades adecuadas de proteínas con la salud física en general. Algunos de los beneficios que obtendrás son un mejor control de tu apetito y un peso saludable, un buen nivel de colesterol saludable y lípidos, así como un manejo más adecuado de la diabetes.[12]
    • Las fuentes de proteínas magras son las aves de corral, los huevos, los mariscos, la carne magra, la carne de cerdo, las legumbres (frutos secos y frijoles) y el tofu.
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    Haz que la mitad de tus alimentos se componga de una fruta o verdura. Las frutas y verduras son dos de los grupos alimenticios más importantes. Estos alimentos contienen la mayor cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes.[13]
    • Las grandes cantidades de frutas y verduras en la dieta están relacionadas con una diversidad de efectos beneficiosos en tu salud general, entre los cuales se encuentran una disminución en la presión arterial, un mejor control del nivel de azúcar en sangre y la diabetes, un menor riesgo de derrame cerebral y enfermedad cardiaca, la prevención de algunos tipos de cánceres y una reducción en el riesgo de ceguera.[14]
    • Otra cosa que debes tener en cuenta con respecto a las frutas y verduras es que cada color contiene un tipo distinto de nutrientes beneficiosos. Además de comer porciones adecuadas cada día, asegúrate de escoger una variedad de diferentes colores de alimentos.[15]
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    Consume alimentos integrales. Los alimentos integrales están vinculados a una variedad de efectos saludables y ayudan a promover una mejor salud física. Procura comer una gran cantidad de estos alimentos.
    • Los granos refinados o aquellos que son más procesados en lugar de integrales no son tan nutritivos en comparación con los granos integrales. Por lo general, tienen un bajo nivel de fibra, proteínas y otros nutrientes beneficiosos.[16]
    • Los granos integrales que puedes incluir son pasta de trigo y pan 100 % integral, arroz integral, avena integral, farro, mijo, quinua y cebada.
    • Si bien todos los tipos de granos que elijas podrían no ser integrales, los expertos en la salud recomiendan una dieta compuesta al menos por la mitad de granos 100 % integrales. Algunos de los beneficios para la salud relacionados con los granos integrales son una mayor cantidad de fibra y otros nutrientes beneficiosos, una disminución en el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes y algunos cánceres.[17]
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    Limita tu consumo de comida chatarra y alimentos procesados. Si bien existe una amplia gama de alimentos procesados (incluidas las alternativas nutritivas y poco saludables), muchos tienen una gran cantidad de calorías, grasa, azúcar y conservantes.[18]
    • La mayoría de los expertos en la salud recomiendan limitar la ingesta de alimentos procesados o comida chatarra, o consumirlos con moderación. Si bien podrían no ser la alternativa más nutritiva, podrías darte algún gusto ocasional.
    • Elige sabiamente los alimentos con los que te darás un gusto. Los alimentos tales como las papas fritas, las galletas, las bebidas azucaradas, las comidas congeladas, la comida rápida, los pasteles o dulces no deben consumirse a diario.
    • Existen muchos alimentos que aún se consideran muy saludables y nutritivos, pero que siguen considerándose “procesados”, lo que los hace adecuados de consumir de manera regular. Algunos de estos alimentos son los vegetales enlatados, frutas y verduras congeladas, lechuga y verduras para ensalada prelavadas, y productos lácteos.[19]
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    Bebe una cantidad adecuada de agua. El agua es un nutriente vital en tu dieta y desempeña muchas funciones importantes en tu cuerpo. Si no consumes los suficientes líquidos hidratantes cada día, corres el riesgo de deshidratarte.[20]
    • La mayoría de los adultos necesitan consumir por lo menos 8 vasos de líquidos rehidratantes al día. No obstante, algunos expertos recomiendan consumir hasta de 10 a 13 vasos al día.[21]
    • Si eres físicamente activo o sudas demasiado durante el día o a causa de una actividad física, necesitarás reemplazar los líquidos perdidos además de tu consumo diario regular.[22]
    • Toma bebidas sin cafeína ni azúcar, pues son las más saludables e hidratantes. También puedes tomar agua, agua saborizada, café y té descafeinados.
    • La deshidratación posee muchos efectos secundarios negativos que van desde problemas menores hasta complicaciones más graves. Algunos de ellos son cansancio, confusión mental, dolores de cabeza, cambios de humor, cálculos renales e infecciones del tracto urinario.[23]
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    Toma un suplemento de vitaminas y minerales. Algunos expertos en la salud y nutrición podrían recomendar la ingesta de un multivitamínico diario. Estos suplementos “todo en uno” pueden servir como método de respaldo para los días en que no comas alimentos saludables o no puedas cumplir con todas tus necesidades nutritivas.[24]
    • Los suplementos también podrían ser beneficiosos para las personas con alergias o intolerancia a los alimentos, que son muy quisquillosas o tienen restricciones en su dieta (p.ej. los vegetarianos o los veganos).
    • Los suplementos no están diseñados para reemplazar a los alimentos o compensar la mayoría de los nutrientes. Por lo general, las personas que tienen una dieta saludable no necesitan tomar una variedad de suplementos diarios. Asimismo, si tienes una dieta y estilo de vida saludables, los suplementos vitamínicos no mejorarán tu salud, curarán o aliviarán la enfermedad. Solo son un mecanismo de respaldo.[25]
    • Siempre habla con tu médico acerca de los suplementos que podrían ser más adecuados para ti. También infórmales a todos los médicos qué suplementos estás tomando, así como la cantidad y la frecuencia con que lo haces.

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Mantener un cuerpo saludable mediante el ejercicio

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    Incluye la suficiente cantidad de ejercicios cardiovasculares. Los ejercicios cardiovasculares o aeróbicos son una parte muy importante para tener un estilo de vida saludable y un cuerpo generalmente sano.
    • Existe una gran cantidad de beneficios para la salud relacionados con el ejercicio regular y constante. En realidad, el ejercicio ofrece más beneficios que los cambios en la dieta y el estilo de vida. Algunos de estos beneficios tienen una mejora en el estado de ánimo, una mejor calidad de vida, mejor circulación, un mayor control del peso saludable, la disminución de la presión arterial y el riesgo de un derrame cerebral, el control de la insulina, la mejora de los lípidos en sangre y el colesterol, un aumento de la energía y la imagen de ti mismo.[26]
    • Los expertos en la salud recomiendan realizar al menos 150 minutos de ejercicios cardiovasculares a la semana. No obstante, para obtener mayores beneficios, es recomendable realizar unos 300 minutos de ejercicios aeróbicos a la semana.[27]
    • Incluye una serie de actividades semanales. Muchos ejercicios que debes tener en cuenta son caminar, trotar o correr, bailar, nadar, participar en clases de aeróbicos, manejar bicicletas o realizar senderismo.
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    Realiza un entrenamiento de fuerza durante 1 a 3 días. La contraparte de los ejercicios aeróbicos regulares es el entrenamiento de fuerza o el ejercicio de resistencia. Estas actividades ayudan a desarrollar y brindan apoyo a la masa muscular magra, además de proporcionar otros beneficios para la salud.[28]
    • El entrenamiento de fuerza regular posee muchos beneficios además del desarrollo de músculos más fuertes. Los ejercicios regulares de levantamiento de pesas disminuyen el riesgo de osteoporosis al fortalecer y aumentar la densidad de tus huesos.[29]
    • Los expertos recomiendan realizar entrenamientos de fuerza durante aproximadamente 2 días a la semana. Es importante ejercitar cada grupo muscular principal, como los brazos, el pecho, la espalda, el tronco y las piernas. Levanta pesas libres, utiliza máquinas de pesas o realiza actividades de soporte de peso, como el yoga o los pilates.
    • Separa cada día de entrenamiento de fuerza en al menos un día de descanso para todos tus músculos con la finalidad de que se recuperen y se reparen con eficacia.[30]
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    Realiza más movimiento a lo largo del día. Además de los entrenamientos de fuerza y los ejercicios cardiovasculares planificados, también es importante que te muevas más durante el día o que incluyas una actividad más estándar. Si bien estos tipos de actividades no queman una gran cantidad de calorías, brindan una cantidad considerable de efectos positivos para la salud.[31]
    • Las actividades estándar hacen referencia a cualquier ejercicio o actividad que realices con regularidad, como trabajar en el jardín o realizar las tareas del hogar, subir las escaleras o caminar.[32]
    • Ha habido estudios que demuestran que permanecer sentado por incluso una o dos horas tiene efectos negativos en la salud, como la reducción del flujo sanguíneo, una menor cantidad de calorías quemadas y una mayor dificultad para controlar las condiciones crónicas (p.ej. presión arterial alta o diabetes).[33]
    • Además de moverte más, algunos expertos recomiendan ponerte de pie durante unos cuantos minutos aproximadamente cada hora.[34]

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Cambiar tu estilo de vida

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    Deja de fumar. La mayoría de las personas saben que fumar se considera una conducta poco saludable que puede vincularse con una gran variedad de problemas para la salud.[35] Si fumas en la actualidad, considera seriamente la posibilidad de dejarlo para así mejorar tu salud general.
    • Este hábito ha estado relacionado con una variedad de problemas a la salud, como el cáncer de pulmón y las enfermedades pulmonares, la presión arterial alta, las enfermedades cardiacas, la diabetes, la ceguera y la fiebre aftosa.[36]
    • Existe una variedad de métodos para dejar de fumar u otros productos a base de tabaco. Tienes a tu disposición métodos de venta libre (p.ej., chicle), parches, medicamentos recetados e incluso programas de consejería.
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    Limita tu consumo de alcohol. Algunos estudios han demostrado que el consumo de alcohol muy moderado (menos de 1 o 2 vasos cada pocos días) puede tener efectos positivos en tu salud. No obstante, muchas personas beben una cantidad superior a esta, lo que puede tener efectos negativos en la salud.[37]
    • El consumo excesivo de alcohol (más de 3 bebidas al día o más de 7 a la semana) puede provocar una serie de problemas adversos para la salud, entre los cuales se encuentran pancreatitis, derrame cerebral, presión arterial alta, daño hepático y cerebral.[38]
    • En cuanto a las recomendaciones para el consumo de alcohol, las mujeres deben beber menos de 1 vaso al día mientras que los hombres, menos de 2 diarios.[39]
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    Duerme lo suficiente. El sueño regular y constante es muy importante para tener un cuerpo generalmente sano. Si no duermes de la manera adecuada, tu salud puede verse afectada de manera negativa.[40]
    • La falta de sueño puede provocar una serie de problemas, como aumento de peso, más hambre, cansancio, falta de concentración, incapacidad para la concentración o para retener información e incluso un mayor índice de mortalidad.[41]
    • Duerme por lo menos de 7 a 9 horas cada noche. Acuéstate más temprano y permanece en la cama hasta más tarde para así lograr las horas de sueño adicionales.
    • Asimismo, asegúrate de apagar tu televisión, teléfono celular o laptop, pues no es recomendable mirar una luz brillante estando en la cama.
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    Maneja el estrés. El estrés crónico de bajo grado es un mal muy común en la actualidad. Quizás no parezca que puede tener un efecto negativo en tu salud y tu cuerpo, pero en realidad sí puede hacerlo.
    • El estrés puede provocar una serie de problemas adversos en la salud, como falta de sueño, aumento o pérdida de peso, cambios de humor, cansancio y muchos más.[42]
    • Por ello, es muy importante manejar el dolor con la finalidad de mantener una buena salud general. Existe una serie de cosas que puedes hacer para manejarlo, como hablar con un amigo o familiar, salir a caminar, meditar o practicar yoga, tomar una siesta corta, o escuchar tu música favorita.
    • Si tienes más dificultades para manejar el estrés, considera la posibilidad de acudir a un terapeuta para obtener ayuda adicional.
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    Pésate. Tu peso no es un gran determinante de una buena salud general, pero tener sobrepeso o bajo peso no es saludable y puede producir efectos adversos.[43]
    • Súbete a la balanza y pésate. Podrías hacerlo semanal o mensualmente para ver si tu peso cambia (en especial si quieres subir o bajar de peso).
    • Si tu peso es demasiado bajo o demasiado alto, considera la posibilidad de realizar cambios adecuados en tu dieta, rutina de ejercicios o estilo de vida con la finalidad de lograr un peso más saludable.
    • También podrías llevar un registro de tu índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de tu cintura o el porcentaje de grasa de tu cuerpo con la finalidad de tener una idea más precisa de si tu peso es saludable con relación a tu edad, género y tipo de cuerpo.
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    Acude al médico con regularidad. Una de las partes más importantes de mantener una salud física general consiste en acudir al médico. Este especialista podrá ayudare a manejar cualquier condición de salud que puedas tener, así como a prevenir alguna condición de salud crónica a la que puedas estar propenso.
    • Debes acudir a tu médico de cabecera, dentista, ginecólogo o algún otro especialista por lo menos 1 o 2 veces al año. Hacerlo aun cuando estés sano será importante para que así puedas tener un punto de referencia en el cual basar tu salud.
    • Considera la posibilidad de acudir donde un dietista certificado. Probablemente también necesites considerar la posibilidad de acudir donde un dietista certificado. Este profesional podrá guiarte para que tengas una dieta saludable que te ayude a mantener tu salud o mejorarla.
    • Considera la posibilidad de acudir donde un mentor personal o un terapeuta. En muchas ocasiones, tener una dieta saludable o plan de ejercicios es sencillo, pero controlar el estrés de tu vida puede ser más complicado. Si no puedes manejar el estrés o no eres feliz, considera la posibilidad de acudir donde un mentor personal o terapeuta para que te ayuden a manejar tus emociones de manera más adecuada.

Consejos

  • Siempre habla con tu médico antes de modificar tu dieta, rutina de ejercicios o estilo de vida. Este especialista te dirá si los cambios que realices son seguros y adecuados.
  • Haz cambios pequeños a lo largo de un periodo prolongado, con la finalidad de mantenerlos de por vida.
  • Todos estos cambios pequeños en tu estilo de vida pueden mejorar tu salud y condición física. Tendrás una sensación de bienestar emocional y físico. Es muy importante mejorar tu salud para lograr la felicidad y disfrutar la vida.

Referencias

  1. http://www.cdc.gov/healthyweight/calories/
  2. http://www.cdc.gov/healthyweight/calories/
  3. http://www.euro.who.int/en/health-topics/disease-prevention/nutrition/a-healthy-lifestyle/benefits-of-a-balanced-diet
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