Cómo desarrollar habilidades para la resolución de problemas

Cómo desarrollar habilidades para la resolución de problemas

4 partes:Comprender el problemaElaborar un planEjecutar y evaluar el planPerfeccionar tus habilidades aún más

La habilidad de resolver problemas no se aplica solo a las tareas de matemáticas. El pensamiento analítico y las habilidades para la resolución de problemas forman parte de muchos trabajos, desde la contabilidad hasta la programación informática, el trabajo de detective e incluso los trabajos artísticos como el arte, la actuación y la literatura. Aunque los problemas individuales varían, hay ciertas estrategias generales para la resolución de problemas como la propuesta por el matemático George Polya en 1945.[1] Seguir sus cuatro principios (comprender el problema, elaborar un plan, llevarlo a cabo y mirar el pasado) puede mejorar tus habilidades para la resolución de problemas y abordar cualquier dificultad de forma sistemática.

Parte 1
Comprender el problema

  1. 1
    Define el problema con claridad. Este es un paso aparentemente sencillo, pero fundamental. Si no comprendes bien el problema, tus soluciones podrían ser ineficaces o podrían fallar por completo. Para definir el problema, tendrás que hacerte preguntas y mirarlo desde distintos ángulos. Por ejemplo, ¿solo es un problema o en realidad son varios? ¿Puedes volver a manifestar el problema en tus propias palabras? Al pasar tiempo con el problema, lo comprenderás mejor y estarás preparado para darle soluciones.[2]
    • Formula preguntas. Por ejemplo, digamos que como estudiante tienes muy poco dinero y quieres encontrar una solución eficaz. ¿Cuál es el problema? ¿Son tus ingresos (es decir, no ganas suficiente dinero)? ¿Gastas demasiado? ¿Tal vez tienes gastos inesperados o tu situación financiera ha cambiado?
  2. 2
    Define tu objetivo. Indicar tu meta es otra manera de llegar a la naturaleza del problema. ¿Qué quieres lograr? ¿Qué quieres descubrir? Recuerda que tomarás en cuenta lo que sabes y lo que no sabes del problema, y que debes averiguar dónde encontrar información que te ayude a alcanzar tu meta.[3]
    • Por ejemplo, digamos que tu problema es el dinero. ¿Cuál es tu meta? Tal vez nunca tienes suficiente dinero para salir el fin de semana y divertirte en el cine o en una discoteca. Determina que tu meta es tener más dinero en efectivo. ¡Muy bien! Si tienes una meta clara, definirás mejor el problema.
  3. 3
    Recopila información de manera sistemática. Además de definir tu problema y tu meta, debes reunir la mayor cantidad de hechos que puedas con respecto al problema, con el fin de tener un panorama claro. Recopila información, pregúntales a los demás o a los expertos relacionados al problema, busca fuentes en línea, fuentes publicadas o en algún otro lugar. Una vez que tengas la información, ordénala. Puedes hacerlo al decirlo con otras palabras o resumiéndolo. A lo mejor podrías planearlo en un gráfico. No es necesario que sigas este paso si tu problema es simple, pero será fundamental para aquellos problemas más complejos.[4]
    • Por ejemplo, para resolver el problema de la falta de dinero, es posible que quieras el panorama más detallado posible de tu situación financiera. Recopila información por medio de tu último estado de cuenta y conversa con un empleado bancario. Hazle un seguimiento a tus ingresos y gastos en un cuaderno, y después crea una hoja de cálculo o un gráfico para mostrar tus ingresos junto con tus gastos.

Parte 2
Elaborar un plan

  1. 1
    Analiza la información. El primer paso para encontrar una solución es mirar la información que hayas recopilado con respecto al problema y analizar su importancia. Cuando la analices, buscarás los enlaces y las relaciones con el fin de comprender mejor la situación en general. Empieza con los datos sin procesar. A veces tendrás que descomponer la información en partes más pequeñas y manejables o tendrás que clasificarla según su importancia o relevancia. Para hacerlo, algunas herramientas útiles son los diagramas, gráficos o modelos de causa y efecto.[5]
    • Por ejemplo, has reunido todos tus estados de cuenta. Míralos. ¿Cuándo, cómo y de dónde viene tu dinero? ¿Dónde, cuándo y cómo lo gastas? ¿Cuál es el patrón general de tus finanzas? ¿Tienes un superávit o déficit neto? ¿Hay algún elemento que no puedas explicar?
  2. 2
    Genera posibles soluciones. Digamos que has revisado tu información y te diste cuenta de que tienes un déficit neto en tus fondos (es decir, gastas más de lo que ganas). El siguiente paso es generar un abanico de posibles soluciones. No es necesario que las evalúes ahora. Por ejemplo, puedes hacer una lluvia de ideas a la inversa. Esto implica preguntarte “¿Cómo se origina este problema?” y después invertir lo que respondas.[6] También podrías preguntarles a los demás qué harían.[7]
    • Tu problema es tu falta de dinero. Tu meta es tener más dinero en efectivo. ¿Cuáles son tus opciones? Sin evaluarlas, menciona algunas soluciones. A lo mejor puedes conseguir más dinero con un trabajo a tiempo parcial o sacando un préstamo estudiantil. Por otro lado, puedes ahorrar al reducir tus gastos o disminuir otros costos.
  3. 3
    Evalúa las soluciones y escoge. Al igual que analizaste los datos sin procesar del problema, también tendrás que analizar todo que podría ser adecuado. En algunos casos, esto podría significar poner a prueba un marco hipotético o hacer un experimento; en otros casos, podría significar usar una simulación o un experimento para ver las consecuencias a una solución dada. Escoge la solución que mejor se adecúe a tus necesidades, que parezca que funcionará y que no te cree más problemas.[8]
    • ¿Cómo puedes conseguir dinero? Mira tus gastos, es decir, no debes gastar en muchas cosas aparte de tus necesidades básicas como tus clases, comida y hospedaje. ¿Puedes reducir tus costos de otra manera como encontrando un compañero de cuarto para dividir el pago del alquiler? ¿Puedes darte el lujo de pedir un préstamo estudiantil solo para divertirte el fin de semana? ¿Puedes separar tiempo de tus estudios para trabajar a medio tiempo?
    • Cada solución dará lugar a su propio conjunto de situaciones que tendrán que ser evaluadas. Proyéctate. Tu problema de dinero te exigirá elaborar un presupuesto. Sin embargo, también será necesario que hagas consideraciones personales. Por ejemplo, ¿puedes reducir tus gastos en cosas básicas como la comida o el hospedaje? ¿Estás dispuesto a darle más prioridad al dinero que a la escuela o que al hecho de asumir una deuda?

Parte 3
Ejecutar y evaluar el plan

  1. 1
    Ejecuta una solución. Una vez que hayas escogido la mejor solución, ponla en práctica. Al inicio, podrías hacerlo a una escala limitada y de prueba para evaluar los resultados. También podrías jugártelo todo. Recuerda que los problemas imprevistos pueden aparecer en esta etapa, cosas que no planeaste durante el análisis y evaluación iniciales, en especial si no estructuraste el problema de una forma adecuada.[9]
    • Decides reducir tus gastos, porque no estás dispuesto a asumir una deuda, a distraerte de tus estudios o a vivir con un compañero de cuarto. Puedes elaborar un plan detallado, reduciendo algunos dólares en algunas partes y realizando una prueba mensual.
  2. 2
    Revisa y evalúa el resultado. Ahora que has ejecutado una solución, tendrás que controlar y revisar los resultados. Pregúntate si la solución funciona. ¿Te permite alcanzar tu meta? ¿Hay algún problema nuevo imprevisto? Revisa el problema y el proceso de resolución de problemas.[10]
    • Los resultados de tu prueba estarán mezclados. Por un lado, habrás ahorrado suficiente durante el mes para divertirte los fines de semana. Sin embargo, surgirán nuevos problemas. Te darás cuenta de que debes escoger entre gastar dinero y comprar cosas básicas como la comida. También necesitarás un nuevo par de zapatos, pero no podrás costearlo según tu presupuesto. Es posible que necesites una solución diferente.
  3. 3
    Realiza adaptaciones en caso de que sean necesarias. Recuerda que la resolución de problemas funciona en un ciclo. Generará muchas posibles soluciones que deben ser evaluadas. Si resuelves el problema, habrás encontrado una solución adecuada. Si no, entonces debes buscar una solución alternativa y empezar todo de nuevo.[11] Vuelve a considerar tu solución inicial y adáptala si no funciona. Usa otra solución, ejecútala y revisa el resultado. Repite este proceso hasta que finalmente resuelvas el problema.
    • Después de un mes, decides abandonar tu primer presupuesto y buscar un trabajo a medio tiempo. Encuentras una pasantía en el campus. Al elaborar un nuevo presupuesto, tendrás más dinero sin quitarle demasiado tiempo a tus estudios. Podrías tener una solución eficaz.

Parte 4
Perfeccionar tus habilidades aún más

  1. 1
    Haz ejercicios mentales con frecuencia. Al igual que los músculos de tu cuerpo, tendrás que esforzarte en resolver un problema si quieres que sea más fuerte y que funcione con el paso del tiempo. En otras palabras, tendrás que ejercitarte a menudo. Los estudios demuestran que elementos como los juegos mentales pueden hacer que tengas una mente más ágil.[12] Existen muchos juegos o actividades que puedes realizar.
    • Los juegos de palabras son excelentes. Por ejemplo, existe un juego para dividir las palabras en el que tienes que hacer coincidir fragmentos de una palabra para formar palabas bajo un tema dado, como la “filosofía”.[13] En el juego “torre de Babel”, tendrás que memorizar y después combinar las palabras en un idioma extranjero para tener una imagen adecuada.[14]
    • Los juegos matemáticos también pondrán a prueba tus habilidades para la resolución de problemas. Ya sea un problema numérico o de palabras, tendrás que activar partes de tu cerebro para analizar la información. Por ejemplo, “James tiene la mitad de edad que la que tendrá cuando tenga sesenta años más que cuando tenía seis años antes de que tenga la mitad de la edad que tiene ahora. ¿Cuántos años tendrá James cuando su edad sea el doble de la que tenía 10 años después de la mitad de su edad actual?”.[15]
  2. 2
    Juega videojuegos. Por mucho tiempo, los videojuegos han sido considerados un juego mentalmente ocioso. Sin embargo, nuevas investigaciones demuestran que los videojuegos pueden mejorar algunas partes del pensamiento como la percepción espacial, el razonamiento y la memoria. No obstante, no todos los juegos son creados de igual manera. Mientras que los juegos en los que los disparos se realizan en primera persona pueden mejorar tu razonamiento espacial, no son tan eficaces como otros para desarrollar habilidades en la resolución de problemas.[16]
    • Juega algo que te obligue a pensar de forma estratégica o analítica. Arma un rompecabezas o juega Tetris. También es posible que prefieras un juego de roles o un juego de estrategias. En ese caso, algunos juegos como “Civilization” o “Sim-City” podrían ser más adecuados para ti.
  3. 3
    Empieza a realizar un pasatiempo. Un pasatiempo es otra manera excelente de seguir desarrollando tus habilidades para resolver problemas. Escoge algo que implique una activa resolución de problemas o que active partes adecuadas de tu cerebro. Por ejemplo, empieza a aprender un idioma extranjero. La lengua funciona en ambos hemisferios del cerebro, por lo que aprender una lengua activará las áreas que controlan el análisis así como el razonamiento y la resolución de problemas.[17] Estos elementos te ayudan a resolver problemas:
    • El diseño de páginas web, la programación de software, los rompecabezas, el Sudoku y el ajedrez también son pasatiempos que te obligarán a pensar de forma estratégica y sistemática. Cualquiera de ellos te ayudará a desarrollar tus habilidades para la resolución de problemas en general.

Referencias

  1. http://study.com/academy/lesson/polyas-four-step-problem-solving-process.html
  2. http://www.kent.ac.uk/careers/sk/problem-solving-skills.htm
  3. https://math.berkeley.edu/~gmelvin/polya.pdf
Mostrar más... (14)